Ser avalista en un contrato de alquiler puede parecer un simple favor a un familiar o amigo, pero implica una importante responsabilidad legal y económica. Muchas personas aceptan sin conocer realmente los riesgos que conlleva o cómo pueden liberarse de esa obligación en el futuro.
¿QUÉ ES SER UN AVALISTA EN UN ALQUILER?
El avalista es la persona que se compromete a asumir las obligaciones del inquilino si este no paga la renta u otras cantidades derivadas del contrato de arrendamiento (suministros, desperfectos, gastos judiciales, etc.). En términos legales, el avalista actúa como fiador solidario, lo que significa que el propietario puede reclamarle directamente el pago sin necesidad de agotar primero las vías contra el inquilino.
¿CUÁNTO DURA LA OBLIGACIÓN DEL AVALISTA?
Salvo que se indique lo contrario en el contrato, el aval suele durar mientras esté vigente el arrendamiento, incluidas prórrogas automáticas.
RIESGOS DE SER AVALISTA:
Aceptar ser avalista no es un mero trámite, conlleva riesgos reales:
- Responsabilidad económica total: Respondes con tu patrimonio por las deudas del inquilino, incluso si no vives en el inmueble.
- Embargos: Si el arrendador reclama judicialmente y gana, pueden embargarte cuentas bancarias, nómina o bienes.
- Duración prolongada: La fianza puede mantenerse vigente incluso después de que el avalista haya perdido contacto con el inquilino.
- Dificultad para solicitar créditos: Ser avalista puede afectar tu capacidad para acceder a financiación, ya que aparece como una carga financiera.
¿CÓMO DEJAR DE SER AVALISTA?
Aunque dejar de ser avalista no siempre es fácil, algunas opciones para dejar de serlo son:
- Negociar con el arrendador: Puedes solicitar al arrendador que te libere del aval, proponiendo otro avalista o una garantía alternativa.
- Renovación del contrato: Si el contrato se renueva, puedes negarte a firmar el nuevo acuerdo. Si no firmas, dejas de ser avalista desde esa fecha.
- Acuerdo tripartito: El inquilino, arrendador y tú podéis firmar un documento que ponga fin a la obligación del aval.
- Vigilancia de vencimiento: Revisa el contrato para ver si tiene una fecha de finalización clara o condiciones para rescindir el aval.
- Acudir a vía judicial: En casos excepcionales, si hubo abuso o falta de información al firmar, puede estudiarse la nulidad del aval.
¿EN QUÉ CASO SE PUEDE RECLAMAR LA NULIDAD DEL AVAL?
Puedes reclamar la nulidad si no fuiste informado adecuadamente sobre el alcance del aval, si no recibiste copia del contrato principal, si firmaste bajo coacción o sin comprender plenamente las consecuencias, o si se han producido renovaciones del contrato sin tu consentimiento. Aunque la nulidad del aval no siempre se concede, existen precedentes judiciales favorables en casos donde se ha demostrado falta de transparencia o abuso de confianza.
Firmar como avalista es una decisión con implicaciones legales importantes. Aunque muchas veces se hace por compromiso o para ayudar, es fundamental entender los riesgos que implica. Existen vías para limitar esa responsabilidad o incluso abandonarla, pero es recomendable actuar siempre con información y respaldo legal.
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